Grandes verdades sobre la iluminación artificial -capítulo 1-
¿Toc, toc? ¿Alguien al otro lado? Probando, probando…
Ais ¡menos mal! Estás ahí, ¡qué alivio! No nos extrañaría nada que te hubieses ido, llevamos mucho tiempo sin publicar pero es que la vida a veces se encarga de hacer que nos tomemos las cosas más slow y si algo hemos aprendido es que lo primero es estar bien para poder dar lo mejor de nosotras mismas.
Así quede momento no os vamos a prometer que publiquemos todas las semanas pero sí que cuando lo hagamos será contenido de calidad ¡canelita en rama!
Y ahora ya se acabó el lloriqueo y os queremos enseñar lo importante que es iluminar bien un espacio. En este querido país nuestro, nos hemos conformado durante años con la bombilla que cuelga del medio de la habitación y el par de fluorescentes en la cocina. Nos dejamos los cuartos en mesas de mármol y nunca pensamos en la iluminación como algo fundamental a la hora de diseñar un espacio y esto es un error y de los gordos.
Una buena iluminación cambia por completo la percepción de un lugar. Fijaos en los restaurantes, en las tiendas, pensad en uno que os encante ¿cómo es la iluminación? Imaginároslo ahora con una bombilla en medio con su casquillo amarillento, la cosa cambia ¿verdad?
En este tiempo de andadura en el tema que hoy nos atañe nos hemos encontrado con dos tipos de clientes; los que saben que la iluminación es importante pero no tienen ni idea de cómo se hace para que esté bien y nos piden ayuda y con los que directamente preguntan ¿¿¿iluqué??? porque nunca se lo habían planteado hasta ahora.
Así que... ¡Qué no “panda el cúnico”! Hoy vamos a tratar de explicaros lo que, a grandes rasgos, tenéis que saber sobre este luminoso mundo.
Como ya os hemos comentado alguna vez, para que un espacio esté bien iluminado tiene que contar con estos tres tipos de iluminación, cada uno en su justa medida:
-General
-Ambiental
-Puntual o de trabajo
Hoy os vamos a hablar de la primera de ellas, la iluminación general, que así para entendernos es la que enciendes cuando entras en una habitación, vamos la que sirve para que no te estontones contra el primer mueble que pilles.
La iluminación general tiene que estar pensada para que sea continua y no cree grandes sombras ni contrastes, compensar la entrada de luz natural entre unas zonas y otras de la estancia consiguiendo una uniformidad, siendo la base del resto de las iluminaciones. Suele situarse en el techo o en las paredes dirigida hacia arriba.
La luz general tiene que ser lo suficientemente potente como para no ir en penumbras pero lo suficientemente suave para no deslumbrarnos, hay que buscar un equilibrio “natural”.
Con respecto al "tono" hay gente que la prefiere más cálida, cosa que se consigue con temperaturas de color rondando los 2800-3000K y otras que les gusta más frías, a partir de los 5000K. Nosotras somos de las que intentamos que la luz general sea lo más parecido posible a luz natural, unos 3500-4000K.
A la hora de elegir esta iluminación tenemos que ver el uso que le vamos a dar a la estancia y el efecto que queremos conseguir ya que como os decimos va a ser la base del resto. Por ejemplo, en una cocina la iluminación general no debería ser cálida ya que la luz de trabajo debe tender a las frías porque es la mejor para la manipulación de alimentos y sino crearíamos un gran contraste.
A veces tendemos a pensar que la luz general es aburrida, que no se puede innovar en este tema y nos cuesta salir de los downlight empotrados pero hay cientos de formas de convertir la luz general en la protagonista de un ambiente.
Ahora que ya os tenemos enganchaitos´perdios´ os hablaremos de los otros dos tipos de iluminación en el siguiente capítulo, ¡no cambien de canal!
¿Alguna duda en la sala?
EL equipo emmme
fuente fotos: pinterest