Consejos slow para la cuesta de enero
Admitámoslo, el ser humano es inconformista por naturaleza y para muestra un botón. Nos pasamos las últimas semanas del año rezando para que termine y se lleve consigo todo lo malo... ¡Peeeero! es doblar la vuelta de la esquina el día 31, que se cumpla nuestro ansiado deseo de entrar en una nueva era, recoger los adornos de navidad y ya tenemos nuevo motivo para lamentarnos de haber arrancado la hoja de diciembre en el calendario: ahí está mirándonos de frente y muy desafiante la famosa cuesta de enero.
Porque claro, lo nuevo mola pero también hace que nos tiemblen las patitas de canguelo y entonemos el Virgencita, Virgencita que me quede como estoy.
Así que para sobrellevar esta cuesta de 60º nos vamos a -autoaconsejar- las siguientes recomendaciones y las ponemos por escrito, por si a alguien le pueden venir bien, porque no solo de diseño vive el hombre, y una buena reflexión a tiempo nunca está de más.
1. Estamos en enero sí, respira hondo, suelta el aire por la nariz, no hay nada que lo diferencie de abril ¡hasta tiene el mismo número de letras! Normalicemos el mes, no le demos el privilegio de ser especial para mal, así la cuesta estará menos inclinada.
2. Haz tu lista, pero en vez de poner miles de acciones por cumplir, clasifícalas por orden de dificultad e importancia. Si algo coincide en las dos cosas ya sabes por dónde empezar, así entrarás en calor y te motivarás para ir haciendo el resto.
3. Si hay algo para lo que no tienes tiempo, entonces es que no es tu prioridad. Quítate el yugo de la obligación. Si puedes hacerlo, adelante. Si no, déjalo ir para que no te torture. Y si no hay más remedio que hacerlo sí o sí, cuanto antes mejor, al final estás gastando tu energía (y tiempo) con el run-run, ¡verás qué alivio!
4. Compartir es vivir y en este mes esta frase puede alcanzar su máximo esplendor. Pedir ayuda es de valientes, no de flojos, y las cosas en equipo se llevan mejor. Algo que para ti puede ser imposible puede que el de al lado lo solucione con la gorra.
5. Hay metas muy complicadas, como ir al gimnasio, empezar la dieta o desmaquillarse todas las noches, pero este truqui es sencillo y muy efectivo: piensa 5 minutos al día en algo que te haga feliz (un viaje, un masaje a 4 manos…). Lo puedes hacer en el metro, mientras haces la cena o sacas la colada. El único riesgo es que estés tan ensimismado que te sonrías sin querer en público o que se te queme la comida pero… ¿acaso no lo merecen 5 minutos de felicidad?
6. Es fin de semana y los reyes parece ser que en vez de dejarnos regalos nos han saqueado la cuenta bancaria y ahora estamos pagando la generosidad de tan señaladas fechas. Busca un plan free. Ir a respirar aire limpio a la sierra con el bocata de mortadela puede ser uno de ellos.
7. Vale sí, ha llegado el momento dieta, pero porfa no cerréis el post ya, dadnos una oportunidad. No hablamos de la dieta de la alcachofa, ni de la piña, ni de pepinillos en vinagre. Solo un poquito de esfuerzo y de no sucumbir al poder de un anuncio del McDonalds día sí, día también. Hay miles de formas de comer sano sin tener que pasarnos el día a base de batidos detox. Un buen comienzo es empezar a reducir el azúcar. Y esto sí que lo hemos probado. Es mejor ponerse metas pequeñas que podamos cumplir que imposibles que nos creen ansiedad. Cuando conseguimos un objetivo esa pequeña felicidad que nos embarga hace que queramos seguir dando pasitos para sentirnos bien.
Bueno, creemos que ya son suficientes cosas, que al final esto se va a convertir en una lista de esas del punto 2 ;)
¿Vosotros tenéis algún truco para este mes? Y no nos sirve esperar a que termine ¡¡Venga, venga pedalead!! ¡Qué ya estamos casi a mitad de la cuesta!