Tres cosas que puedo hacer al día para llevar una vida más slow
Emmme Studio Interiorismo
Hemos dejado atrás septiembre, ese mes que es más verano que invierno aunque la vuelta a la rutina se empeñe en demostrarnos lo contrario. Volvemos a los horarios, al metro, al no me da la vida, a bajar al kiosko de la esquina a por un bocata porque ya no nos quedan ni tuppers en el congelador, y si os decimos la verdad, a veces hasta parece que vamos a gusto en la burra. Pero llega el cansancio y la ansiedad y el mal humor y solo entonces es cuando somos conscientes del daño que hacemos y nos hacemos.
Está claro que buscar la vida slow en medio de la gran ciudad no es tarea fácil, pero hoy os queremos contar tres pequeños trucos slow que siendo sinceras, si pusiéramos más en práctica nos iría bastante mejor.
La tarde sin móvil. Una vez a la semana apagamos el teléfono y no lo encendemos hasta el día siguiente. Que si el whatsapp de tu madre que un virus mortal le ha entrado en el ordenador, que si la foto de tu amiga la que se va de vacaciones a una isla paradisiaca en diciembre, que si el jefe pidiéndote los tatos del Excel que acabas de cerrar… No hay nada tan urgente que no pueda esperar y si lo hay no te preocupes que te enterarás.
Prohibido quejarse en alto durante 1 mes. Muchas veces no hacemos más que retroalimentarnos y quejarnos por estupideces; que sí se me ha caído el boli, que si el metro llega tarde, que si, que si…Si nos ponemos el reto de no quejarnos en alto, o no resoplar por todo, en primer lugar no influiremos a la gente que está alrededor y en segundo lugar no estaremos enviándonos el mal humor también por los oídos. Ya veréis que con el tiempo, echareis muchas menos pestes y el cabreo se os pasará antes. Palabrita. Y ya si metes un euro por cada vez que invocas al demonio en alto, si al menos no consigues reducir tu nivel de ofuscamiento en estéreo, te podrás ir de escapadita relax a final de mes. Slow lo mires por donde lo mires.
El rincón de la tranquilidad. Nos ponemos en situación (test de la superpop): Viernes 14.59 horas. Suena el teléfono…¡chan, chan, chan! Noooooooo ¿Por qué habré contestado? Ala, un ratito más de oficina con el nuevo encargo. ¿Qué haces?
a) Te piras sin mirar a tras aunque arda Troya. El lunes ya me como el marrón.
b) Te defecas en todo y haces el trabajo con un ardor de tripas como si te hubieras comido 1kg de chili.
c) Miras a tu rincón de la tranquilidad durante 3 minutos, haces el trabajo en un pin pan pun y te vas feliz cual lombriz a casa.
Buscad un sitio de vuestra oficina, de vuestra casa… que os encante. Siempre que todo se tuerza, que hayas tenido un día de mierder, que el estrés te bloquee ve o piensa en él, descansa la mirada y la mente y oblígate a parar 5 minutos. Las cosas con reposo se ven mejor.
Como veis son cosas fáciles, sencillas y para toda la familia que pueden cambiar un poquito nuestro día a día bajando las revoluciones. Vamos que para ser slow no hace falta irse a vivir al medio del campo, sino empezar a tomar conciencia.