MANOS A LA OBRA: ¿Se puede mover un baño?
Emmme Studio Interiorismo
¡Ring, ring! (sonido de teléfono)
- Emmme studio, ¿dígame?
- Hola mira, es que estoy viendo una casa para comprar y quería saber si puedo mover el baño de sitio.. ¡¡¡CHAN CHAN CHAN!!! (sonido de truenos y relámpagos)
¡Ay amigos! Tantas cosas nos gustaría saber por ciencia infusa… Puestos a pedir, también pedimos tener rayos X en los ojos para poder ver detrás de las paredes. Pero como no puede ser -se lo pedimos a la ciencia en un futuro cercano, gracias de antemano- os vamos a contar unos secretillos de arquitectas a la hora de saber si podemos mover la ubicación de un cuarto baño dentro de cualquier espacio, ya sea vivienda, local u oficinas.
Y es que aquí, queridos lectores, el elemento clave es EL TRONO. Sí, el señor inodoro tiene unos requisitos muy especiales (¿por eso será lo de trono? ahí lo dejamos…) que son los que complican el poder mover uno de los reyes de las reformas, el baño. El resto de sanitarios son como sus lacayos, pero también tienen voz y voto porque cuentan con el querido bote sifónico (no siNfónico, eso es lo de la orquesta de Viena de Año Nuevo). Y tras estas metáforas tan de la realeza, nos ponemos un poco más técnicas para explicaros.
Comenzamos por el principio: En todos los sitios donde hay desagües, hay un elemento, la bajante, que discurre en vertical por el edificio, desde la última planta hasta un elemento enterrado en el terreno llamado arqueta (vale, igual no hace falta ser tan técnicas) El caso es que, por ese tubo que suele tener un diámetro considerable, se van todas las cositas que desechamos agua mediante, aguas grises para los amigos. De todas las tuberías que se conectan a esa bajante, el manguetón del inodoro (lo que vais a fardar con tanto palabro técnico delante del fontanero, no digáis que no) es el que tiene mayor diámetro y por norma general no puede estar a más de 1m de distancia de la bajante, con una pendiente igual o superior al 2% para que no haya problemas, nada deseables, de atascos.
Dicho lo cual, lo primero que hay que hacer para saber si podemos mover el baño es localizar la bajante. Son un poco pillinas y suelen estar escondidas tras una mocheta cerca del baño (o dentro de él), entre el baño y la cocina, entre dos baños o incluso por la fachada en los patios de luces de edificios muy antiguos donde originariamente no existían inodoros.
Si ya la tenéis ubicada, pasamos al siguiente paso: averiguar a cuantos metros queréis colocar el inodoro. Puede ser que sólo queráis cambiar la disposición del baño, lo que por norma general no suele dar problema si está dentro del radio de 1m de la bajante. Pero si en vuestra distribución soñada el inodoro está a más de un metro de la bajante, no temáis, no es el fin del mundo. Hay trucos para poder moverlo, aunque lo recomendable es realizar la distribución de los baños siempre lo más cerca posible de la bajante.
Uno de las soluciones que más usamos en el estudio es hacer un escalón que albergue el manguetón del inodoro. Este escalón puede estar debajo ubicado de la ducha, debajo del mueble del lavabo o incluso ser el suelo de otra estancia de la casa, si es que el manguetón tiene que pasar por ella para conectarse a la bajante. También se puede ocultar el manguetón tras una bañera o incluso por las patas debajo de los muebles de cocina. Este último caso lo hicimos hace unos años para el baño de M. y Loli y fue una solución perfecta para conectar el inodoro del nuevo baño con la bajante que estaba casi a 3m. Os habíamos dicho que no temierais 😉
Eso sí, si queréis separar el inodoro más de 1m de la bajante, tenéis que contar con un fontanero muy bueno para que realice la instalación adecuadamente; los Manolo y Benito no sirven para esto, ni tu primo el que hace cosillas de fontanería en sus ratos libres. Y también es bastante importante contar con un proyecto global que haya estudiado previamente la distribución de los sanitarios (Emmme studio, ¿dígame?) porque acordaros que hemos hablado también que tenemos al pequeño bote sifónico que suele dar guerrita.
A nuestro nuevo amigo fontaneril le reconoceréis porque suele estar cerca de la bajante, en el suelo, con una tapa circular metálica y un tornillo en el centro. Aquí es donde llegan todas las tuberías del resto de sanitarios del baño, hace sifón para que no suban los olores por los desagües. Bonus track: aquí encontraréis los pendientes y/u otros objetos que se os hayan caído por el lavabo o la ducha (de nada), así como un montón bastante majo de pelillos y restos de jabón. Si no tragan bien los sanitarios abridlo, sacadlo todo y veréis (procedimiento de limpieza no apto después de comer ni para embarazadas con náuseas)
El bote sifónico nos puede dar la tabarra porque no pueda moverse por varios motivos: en las obras nuevas, o recientes, suele estar descolgado del forjado y está en el techo del vecino de abajo, por lo que moverlo puede suponer tener que romper el techo (eso suponiendo que el vecino te deje, lo que no suele ser habitual). Lo normal en estos casos es dejarlo donde está, por lo que puede que te caiga en medio de un dormitorio o la cocina.
En los edificios más antiguos, está recibido en el forjado, por lo que suele ser un poco más sencillo moverlo, pero depende mucho del caso porque puede haber vigas y/o viguetas metálicas que no se pueden atravesar. Lo normal es aprovechar la capa de arena o mortero que existe encima del forjado para colocar toda la instalación del resto de sanitarios.
En resumen: DEPENDE. No es que nos hayamos vuelto gallegas, sino que hay que estudiar cada caso pormenorizadamente. Nosotras hacemos una visita inicial al espacio para valorar si se puede mover y deciros las opciones que tenéis. Si son casos complejos, lo mejor es hacer un proyecto técnico.
Esperamos haberos ayudado un poco con esta nueva entrega de MANOS A LA OBRA para dilucidar si podéis mover vuestro baño, y en caso de duda, contactad con emmme 😉